El Tiempo en Ubrique

martes, 3 de noviembre de 2009

¿DEPORTE? o ¿DESTRUCCIÓN?


Como muchos fines de semana salgo a entrenar temprano, casi veo amanecer en el embalse de Los Hurones, el sol parcialmente oculto parece saludarme entre los riscos que asedian la cantera, mientras un grupo de cormoranes convierte el ir y venir en una rutina artística. No existe lugar más apacible, ni escenario más propenso para practicar deporte, que este rinconcito del mundo. Pero mis palabras hoy no son para ensalzar la belleza y sinfonía del entorno, sino para “denunciar” un penoso incidente que he tenido la desgracia de contemplar.
Mientras amarraba, como de costumbre, mi kayak a la baca del coche, oí un estruendo que me sobresaltó exageradamente, parecía que 100.000 búfalos se acercaban en estampida y me atropellarían en cuestión de segundos….., al girarme me dí cuenta de que la estampida no era de 100.000 búfalos sino de 15 quads (“Curioso vehículo de cuatro ruedas que tiene la capacidad de cautivar a quien lo prueba” . ¡Penosa la definición de WIKIPEDIA, por cierto!). Las aves limícolas que apaciblemente deambulaban por la marisma, huyeron despavoridas, el ganado interrumpió su incansable masticar para batirse en retirada y el polvo eclipsó la imagen del Torreón que poco antes se dibujaba en el horizonte. Tras largas carreras de ida y vuelta, saltos, piruetas, derrapes y todo un repertorio de giros y movimientos a gran velocidad, el balance no pudo ser más cruento. La hierba naciente de una gran extensión de terreno quedó devastada, pequeños arbustos y árboles noveles destruidos, aves gravemente espantadas (posiblemente busquen algún otro lugar más tranquilo para anidar) y el alimento que comparten el ganado manso y los herbívoros salvajes (ciervos, gamos, corzos, muflones, etc.) eliminado.
Cierto es que los que practican este “deporte” (entre comillas), gustan de hacerlo en la naturaleza, alardean de volver decrépitos de barro y presumen de la cilindrada de sus máquinas, que a veces suele ser inversamente proporcional a su capacidad intelectual, pero la verdad es que no lo hacen porque aman la naturaleza, sino porque les resulta divertido destruirla.
No quiero pecar de sobrecivismo, ni parecer mejor persona que nadie, pero lo cierto es que he descubierto que poseo “esa sensibilidad”, esa que me permite percibir este tipo de aberraciones y que hacen que mi corazón se estremezca de impotencia y de rabia…, ¡pero amigos!, desgraciadamente la sensibilidad y el respeto a la naturaleza son inherentes al ser humano y no pueden ser ni regaladas, ni inyectadas quirúrgicamente; pueden ser aprendidas, pero con ciertos energúmenos la tarea es tan ardua que morirían en el intento.

1 comentario:

  1. muy cierto, ami me ha pasado varias veces también y es de vergüenza, ami me encanta la naturaleza y cuando salgo a entrenar y veo esto me siento impotente de no poder hacer nada; solo decir que debería estar un poco más regulado eso de los quads.
    Un saludo

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